El Agni Yoga y el Fuego Eléctrico
Anejo 2
Regla XIII de Iniciación Grupal
Que el grupo esté dispuesto a revelar el misterio oculto. Que el grupo demuestre el significado superior de las lecciones aprendidas, aunque cuatro, es una sola. Que el grupo comprenda la Ley de Síntesis, de unidad y de fusión; que el triple método para trabajar con lo dinámico, lleve al grupo hacia los tres Superiores, donde reina la Voluntad de Dios; que la Transfiguración siga a la Transformación y que desaparezca la Transmutación. Que el O.M. sea oído en el centro mismo del grupo, proclamando que Dios es Todo.
En esta regla se dice al discípulo que antes de llegar a los misterios que le serán revelados consecutivamente, al progresar en el Sendero de la Iniciación, cuatro cosas debe "aprender y comprender", y son:
1. Las leyes que rigen aquello que irradia. Llamaré la atención sobre el hecho de que no se refieren a las Leyes de la Irradiación. Aquello que irradia está regido por sus propias leyes, distintas de las que produjeron la irradiación. Es muy necesario que los estudiantes lean con suma atención, mientras progresan en el camino oculto que conduce al Camino de Evolución Superior.
2. Los cinco significados de la magnetización. Esto se refiere a los cinco métodos con que actúa la Ley de Magnetización, otro nombre dado a la Ley de Atracción.
3. La transmutación y en qué consiste el arte secreto de la alquimia (que se ha perdido, a la par de la Palabra Perdida). Hablando esotéricamente, transmutación es el método para transmutar o cambiar la fuerza en energía. Esto significa (en lo que al discípulo concierne) la transmutación, cambio o aceleración de la fuerza de la personalidad, en energía egoica.
4. El oculto nombre egoico, o la primera letra de la Palabra impartida. Aquí deberían observar dos cosas. La "Palabra" no se refiere a la Palabra Sagrada, sino al nombre del Logos planetario, el oculto nombre de Sanat Kumara, que es el alma del mundo en todas sus fases, el Ego manifestado del Logos en el plano mental cósmico. Sólo a los iniciados que llegan a la cuarta iniciación, se les permite pronunciar la primera letra del "nombre inefable". Observarán, por lo tanto, cuán vasto es el campo que abarca esta regla.
Las cuatro analogías superiores de estos requisitos son las siguientes:
1. Que el grupo comprenda la Ley de Síntesis. (Esta ley rige el pensamiento de esas grandes Vidas que forman el Concilio de Sanat Kumara en Shamballa). [i249]
2. Que el triple método para trabajar con lo dinámico, lleve al grupo hacia los tres Superiores, donde reina la Voluntad de Dios.
3. Que la Transfiguración siga a la Transformación y que desaparezca la Transmutación.
4. Que el O.M. sea oído en el centro mismo del grupo, proclamando que Dios es Todo.
Que la Transfiguración siga a la Transformación y que desaparezca la Transmutación.
[i278] Les recordaré que en estas catorce reglas debemos encarar el tema desde el ángulo de la conciencia iniciática y no del de la conciencia fusionada, alma-personalidad. Las reglas se refieren al acercamiento superior, problema del grupo iniciático, no del individuo dentro del grupo. De allí la gran dificultad para exponer con palabras estas enseñanzas. Para quien comúnmente aspira a ser un discípulo aceptado, las tres palabras que caracterizan este tercer mandato (aunque simbólicamente constituye el quinto de la regla) podrían definirse de la manera siguiente: Las ideas que imparten corresponden al aspirante a los misterios cuando enfrenta la iniciación. Tomaremos las palabras en el orden dado en la Regla Trece.
1. Transfiguración, etapa en el sendero de la iniciación en que se recibe la tercera iniciación, donde la personalidad está irradiada por la plena luz del alma y trasciende totalmente los tres vehículos de la personalidad, convirtiéndose en meras formas, a través de las cuales podrá afluir el amor espiritual externamente hacia el mundo de los hombres en la tarea salvadora de la creación.
2. Transformación, el proceso evolutivo llevado a cabo en el sendero del discipulado, donde el discípulo trasforma su triple "[e233] "apariencia inferior, o personalidad, y comienza a desplegar la "cualidad" divina. Su cuerpo físico obedece a los dictados de su mente, la cual empieza a responder a la mente superior por intermedio del alma; su naturaleza emocional se convierte en el receptáculo de budi o de la intuición; luego, después de la tercera iniciación, desaparece por completo, y el vehículo búdico se convierte en el principal instrumento sensorio. La mente, a su debido tiempo, es trasformada en forma similar por la impresión proveniente de la mente superior a medida que se esfuerza en complementar la naturaleza voluntad de la mónada.
3. Transmutación, método por el cual lo inferior es absorbido por lo superior, y de esta manera la fuerza es trasmutada en energías y también la energía de los tres centros inferiores es elevada a los tres centros superiores (coronario, cardíaco y laríngeo), permitiendo que el iniciado [i279] centralice posteriormente todas las energías en los tres centros directrices de la cabeza. Este proceso de transmutación se lleva a cabo mediante la presión de la experiencia, en la vida cotidiana, bajo los efectos magnéticos del contacto con el alma, y como resultado inevitable de la evolución misma.
Estos tres procesos espiritualizantes son bien conocidos, por lo menos en teoría, por todos los aspirantes espirituales; son expresiones de la intención e interacción efectiva del alma-personalidad; constituyen también una actividad paralela a la tarea de construir el antakarana, desempeñando como medios de alineamiento, una parte muy importante en dicho proceso de transmutación.
Sin embargo, dichas actitudes, procesos e interpretaciones, no conciernen al iniciado, sino a las significaciones de estos procesos cuando ha terminado la construcción del antakarana y desde el "ángulo de la intención" de la mónada. En otras palabras: ¿Qué significan transfiguración y transformación para los Miembros de la Jerarquía cuando enfrentan el Camino de Evolución Superior? ¿Qué pueden implicar esas palabras para Quienes el alma, principio mediador, ya no tiene una significación real?
Consideremos por un instante que el iniciado, que ha recibido la primera iniciación mayor (la Transfiguración) y las dos iniciaciones en el umbral (el Nacimiento y el Bautismo de los Misterios Cristianos), ya ha creado el antakarana a fin de establecer una relación directa entre la mónada y la personalidad, entre el centro de percepción universal o identificación, y la expresión de la forma en los tres mundos. La construcción del antakarana constituye un canal activo de contacto. El alma que durante edades ha dirigido las distintas y variadas personalidades ya no existe; el cuerpo causal ha desaparecido, desintegrándose en el momento en que el iniciado (en la cuarta iniciación) exclama: "Dios mío, Dios mío, [e234] por qué me has abandonado". El Templo de Salomón, templo espiritual, "no hecho con las manos, eterno en los Cielos" ya no es necesario, ha cumplido su antiguo propósito, y lo que se consideró eterno debe desaparecer en la luz de [i280] ÉSE para Quien la eternidad es sólo una fase de lo que más tarde será revelado. Sólo le resta al iniciado dos puntos de propósito viviente que denominamos espíritu-materia o vida-apariencia. La lección que tiene por delante el iniciado es comprender el significado interno (no el significado evidente y fácilmente captado) de que espíritu es materia en su punto más elevado y materia es espíritu en el más bajo. Ello involucra la libre internación de la energía-vida, conscientemente aplicada como resultado de procesos milenarios, y la fuerza-materia, por conducto del antakarana. El "arco iris" se convierte en un canal para el impacto de la energía monádica o vital, sobre la sustancia, a fin de que ésta, al tomar forma, de acuerdo a la intención cíclica del Logos planetario, pueda ser matizada o cualificada en forma creciente por la energía de la universalidad. Por estas frases algo embrolladas, observarán lo inadecuado del lenguaje para explicar la comprensión e intención de la Jerarquía.
Por lo tanto, las palabras transfiguración y transformación, tienen para el iniciado un significado diferente del discípulo, en cambio, la transmutación nada significa para el iniciado, pues nada existe en él, que requiere transmutación. En consecuencia, podría decirse que:
1. Transmutación concierne a la expresión de la fuerza de la vida en los tres planos inferiores de la vida y evolución humanas.
2. Transformación concierne, en forma peculiar, a los tres aspectos de la mente en el plano mental:
a. La mente inferior.
b. El Hijo de la mente, el alma.
c. La mente superior.
3. Transfiguración concierne a la vida de la Tríada espiritual en sus propios tres niveles de identificación.
Podríamos agregar a ello el hecho de que:
1. Los tres planos inferiores de la transmutación son los subplanos líquidos, densos y gaseosos del plano físico cósmico.
2. El plano mental constituye un lugar excepcional (o estado de conciencia), en el cual o dentro de él, los planos inferiores están [i281] sujetos a la impresión proveniente de los tres superiores. Los tres superiores y los tres inferiores están sujetos a un proceso definidamente esotérico y misterioso; sólo en este plano se completa el trabajo de transmutación -desde el ángulo del iniciado.
3. Los tres planos de la Tríada espiritual constituyen esferas[e235] donde se lleva a cabo la transformación, la cual nada tiene que ver con la transformación de la personalidad, pero está singularmente relacionada con el trabajo interno de la Jerarquía y con el efecto que sobre los Miembros de la Jerarquía produce dicha intensidad viviente en desarrollo. Por lo tanto, se hallan involucrados cinco planos en estas dos fases del trabajo divino.
4. Los dos planos superiores (el monádico y el logoico) son los de la transfiguración, desde el punto de vista del iniciado superior. Para entonces los procesos de transmutación han descendido bajo el umbral de la conciencia y, aunque el iniciado (trabajando con las formas en los tres mundos) posee su instrumento en el plano físico externo, su propio trabajo y actividad jerárquicos son exclusivamente triádicos y monádicos, respondiendo firme y crecientemente a la intención logoica.
Consideraremos ahora, hasta donde es posible en una instrucción exotérica, las fases de la transfiguración y transformación, "esperando que la transmutación desaparezca" en los discípulos, a medida que transcurre el tiempo, y ello en forma acelerada -debido a la gran necesidad actual de trabajadores jerárquicos.
Quizás se pregunten: ¿Cuál es el trabajo emprendido por los Maestros en los tres planos de la Tríada espiritual? Los estudiantes están bien enterados de que gran número de Maestros se ocupan de los procesos evolutivos de los distintos reinos de la naturaleza en los tres mundos inferiores, pero olvidan que la mayoría no lo hace. ¿Se han preguntado alguna vez qué lo incita al Maestro a permanecer y trabajar en los tres mundos con Su mente centralizada en los procesos evolutivos? ¿Han pensado alguna vez en la posibilidad de qué alguna otra cosa pudo haber despertado y demandado Su interés? El género humano con su actitud autocentrada, se inclina a creer que la necesidad humana e incidentalmente la de los [i282] demás reinos de la naturaleza, impelen a la Jerarquía a llevar a cabo su trabajo de salvación y estimulación, lo cual sólo es una valuación parcial de lo que Ellos realizan. Durante el proceso de llevar a cabo Su trabajo y debido a la naturaleza del mismo en los tres mundos, la conciencia del Maestro se expande constantemente y se va haciendo imprescindiblemente cada vez más incluyente. Tal es el efecto que produce sobre Él cuando trabaja en bien de la humanidad o de los demás reinos de la naturaleza. Existe un definido y evolutivo efecto. En los tres niveles superiores de la Tríada espiritual, otro tipo de impulso evolutivo dirige Sus actividades. He explicado en otra parte que la conciencia (tal como la entendemos) va siendo trascendida y que un nuevo aspecto de sensibilidad universal la va reemplazando. A este desarrollo le he dado el inadecuado nombre de identificación, palabra que involucra a la conciencia, invoca la voluntad, [e236] posee naturaleza dinámica, la cual es incluyente en su contacto. y también está basada en la doctrina de la no separatividad.
No obstante, sólo es el principio de una fase totalmente nueva de desarrollo; la conciencia queda eventualmente bajo el nivel de percepción. Su impresión llega a ser automática y no se registra análogamente a como sucede en el ser humano, respecto al instinto animal. Actúa, pero el hombre no es consciente de ello. Es un mecanismo protector. El aspecto voluntad de la mónada lo reemplaza, sin negar el amor (que a su vez se ha hecho instintivo); asume una identificación autocentrada semejante a un estoque, la cual ocupa el lugar de la inclusividad hasta entonces sentida y practicada. Quizás aclare algo lo que quiero significar si puntualizo que el círculo con el punto en su centro simboliza al hombre perfecto, cabal, incluyente, tanto vertical (contacto con el alma) como horizontalmente (relación humana), sin embargo permanece en el centro de su conciencia y en el de su "círculo no se pasa" autoimpuesto. De allí jamás se mueve, pero en todo momento es consciente de lo que acontece dentro de su esfera de influencia. Tenemos así el símbolo del Maestro, desde un punto específico de realización.
[i283] El Maestro mismo no es estático. Su campo de acción está bien definido; Su reino de contacto -humano, subhumano y superhumano- también lo está. Dentro del "círculo no se pasa", en el mundo sensorio y en relación con el mundo de la comprensión amorosa, Él es el Maestro.
En este preciso punto del tiempo y del espacio, comienza para el Maestro el trabajo de transformación -transformación producida por el desenvolvimiento y desarrollo que han sido posibles en los tres niveles de la Tríada espiritual. A medida que la transformación va teniendo lugar, sobreviene una nueva actividad que permite finalmente al Maestro irrumpir a través del "círculo no se pasa" planetario, y de esa manera llegar al portal de la Evolución Superior.
Lo que debo decir ahora resultará más claro si empleo el símbolo siguiente: El Maestro ha entrado ya en otro nivel cósmico, pero aún permanece dentro del aura de la Vida Una. Le es revelado el plano astral cósmico. Ve la razón por la cual debió desarrollar primeramente la sensibilidad; por qué debía ser luego empleada y dominada y, por último, totalmente negada -negada en tal forma que descendió bajo el nivel de la conciencia. No existe espejismo en el plano astral cósmico, y sólo quienes han dominado la reacción sensoria en todos los niveles del plano físico cósmico y se han liberado totalmente del mismo, pueden -por medio de la voluntad iluminada y del poder de esa misteriosa cualidad (si[e237] así puedo denominar a una expresión real) de identificación- dirigir el aspecto inferior del deseo cósmico en el plano astral. Esto debe sintonizarse imprescindiblemente con lo que ellos están irrevocablemente relacionados. Dicha identificación es, por lo tanto, la expresión más elevada del propósito divino en el plano físico cósmico, aunque constituye el aspecto inferior del deseo astral cósmico. En consecuencia, hermanos míos, la transformación a que se refiere esta regla es la de la conciencia en identificación. Nada más puedo decir. No hay palabras o símbolos que expresen el verdadero significado.
En este método de acercamiento, por medio de la identificación, el Maestro construye aquello de lo cual [i284] el antakarana manásico constituye la analogía espiritual. El antakarana, que ahora está surgiendo, es una proyección desde el ashrama de un Maestro; existen, por lo tanto, siete caminos hacia el Camino de Evolución Superior. Los siete corresponden a los siete ashramas pertenecientes a los rayos; están relacionados con las siete iniciaciones, con los siete principios del hombre y con los otros numerosos septenarios. Es la fuerza de la Voluntad, generada por el Maestro durante el proceso de
1. obtener la quinta iniciación,
2. trabajar en los tres mundos de la salvación creadora,
3. cumplir el propósito ashrámico y la consiguiente actividad grupal,
4. manifestar la energía de rayo,
5. expresar la facultad conocida únicamente por los iniciados que han ido más allá de la tercera iniciación.
Lo antedicho proporciona la intención centralizada, que permite al Maestro lograr la denominada transformación, y proyectar, posteriormente, el impulso dinámico de Su voluntad espiritual, en tal forma, que logra horadar el "círculo no se pasa" planetario; entonces se le otorga la liberación en el mundo y no la mera liberación en los mundos.
Evidentemente me refiero al tema de la sexta iniciación, la cual, cuando se ha consumado, el Chohan trasciende los tres mundos de la Tríada espiritual y se centraliza como "agente proyector de la Voluntad Iluminada", cuando ésta se expresa en el plano monádico. Esta etapa de desenvolvimiento constituye en realidad la Iniciación de la Ascensión, cuyo verdadero significado será revelado por intermedio de la futura religión mundial.
Luego, como resultado, le sigue la denominada verdadera transfiguración, la cual permite al iniciado actuar en el plano logoico o el plano físico cósmico más elevado. La fraseología cristiana lo denomina "sentarse a la diestra de Dios en el Cielo". Allí, se [e238] transfigura el hombre que ha alcanzado la séptima iniciación. El primer contacto se establece por la línea que él ha proyectado como resultado de la transformación, estableciéndose con [i285] ÉSE que siempre ha influido sobre Sanat Kumara. El Chohan ha recibido la séptima iniciación.
Que el O.M. sea oído en el centro mismo del grupo, proclamando que Dios es Todo.
No tengo la intención de interpretar esta última frase de la regla. Su significado está fuera del alcance de la más preclara comprensión que ustedes pudieran poseer. Concierne a la transmutación del O.M. en el SONIDO originante, produciendo cierta transformación básica, dando por resultado una transfiguración que abarca todo el planeta y tiene relación con determinada iniciación planetaria mayor. Estas cuestiones no nos conciernen y sólo se ocupan de ellas muy pocos de los Maestros más avanzados. Por lo tanto esperaremos hasta que, por el análisis de las partes, hayamos resuelto nuestros problemas espirituales, transmutado nuestras naturalezas inferiores, experimentado los aspectos inferiores de ambas transformaciones y, en consecuencia, estemos preparados para recibir la tercera iniciación, la de la Transfiguración.
Fuente: AAB-DK: Rayos e Iniciaciones
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La Mente en atención y el Corazón sereno,
en perfecta adaptación al Presente eterno.
2005-04-30